"No tenemos nada más que nuestra libertad. No tenemos nada para darte sino tu propia libertad. No tenemos otra ley que el principio único de ayuda mutua entre individuos. No tenemos gobierno sino el principio único de la asociación libre. No tenemos estados, ni naciones, ni presidentes, ni primeros ministros, ni jefes, ni generales, ni banqueros, ni terratenientes, ni salarios, ni caridad, ni policía, ni soldados, ni guerras. Tampoco tenemos mucho más. Somos partícipes, no propietarios. No somos prósperos. Ninguno de nosotros es rico. Ninguno de nosotros es poderoso. Si es Anarres lo que quieres, si es el futuro lo que buscas, entonces te digo que debes llegar a él con las manos vacías. Debes llegar solo y desnudo, como el niño viene al mundo, a su futuro, sin ningún pasado, sin ninguna propiedad, totalmente dependiente de otras personas para su vida. No puedes tomar lo que no has dado, y debes darte a ti mismo. No puedes comprar la revolución. No puedes hacer la revolución. Tú solo puedes ser la revolución. Está en tu espíritu, o no está en ninguna parte."

- Ursula K. Le Guin, Los desposeídos