Una vez más no llegamos!
Nuestros discursos silenciosos,
nuestras palabras, mudas.
Nuestros ojos que no han cumplido
una vez más, se pierden;
Y sólo las lágrimas olvidan
la garra de las heladas.
Un arbusto silvestre rosa cerca de Moscú
sabe algo de
este dolor que se llama
amor inmortal.
Nuestros discursos silenciosos,
nuestras palabras, mudas.
Nuestros ojos que no han cumplido
una vez más, se pierden;
Y sólo las lágrimas olvidan
la garra de las heladas.
Un arbusto silvestre rosa cerca de Moscú
sabe algo de
este dolor que se llama
amor inmortal.
Anna
Ajmátova
Imagen, Dee Nickerson
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