"Os tengo que decir que mi tía, Mary Beton...me había dejado quinientas libras al año para siempre...el cambio de temperamento que trae consigo un ingreso fijo...La comida, la casa y la ropa son mías para siempre... y, en lugar de la voluminosa e imponente figura de un señor, que Milton recomendaba para mi perpetua adoración, ha puesto una vista del cielo abierto."
Virginia Woolf, Un cuarto propio
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