"...la criatura ha sido ha sido alcanzada por la fecha torturante del deseo. Ofelia lucha contra el dolor de ese deseo, es una agonía, no desea entrar en ese mundo herido, el mundo del amor, y estar a merced del otro. Descubre, en defensa propia, el deseo, como apertura al otro, como posibilidad de resultar herida, alterada. Finalmente, sucumbe, no puede evitar ver cómo el deseo se apodera de ella, pero no quiere que Clarice lo advierta.- Sigue una serie de maniobras de la niña. ¿Cómo confesar la herida, el deseo, sin perder la dignidad?"
- Hélène Cixous, La risa de la medusa
- Hélène Cixous, La risa de la medusa
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