El cine al que fui está rodeado de locales, bares, restaurantes. En una de las terrazas encuentro esto... Carol estaba tomado un café y tenía aparcado su coche allí mismo.
En Carol, los coches y hoteles son dos espacios omnipresentes, espacios que ofrecen intimidad, espacios protegidos para el amor que se produce al margen de todo y de todos. Incluso la invitación de Carol a Therese para ir de viaje con ella se lleva a cabo en un tejado en el frío del invierno, también un espacio social fuera de lo habitual.
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