"...Debe ser que se escribe por alguna necesidad subconsciente de comunicación, de expresión personal. Escribir es una ocupación vagabunda, soñadora. El intelecto se hunde por debajo del inconsciente: la imaginación es quien mejor controla a la mente pensante. Sin embargo escribir no es totalmente amorfo y antiintelectual. Algunas de las mejores novelas y escritos en prosa son tan precisos como un número de teléfono, pero pocos prosistas lo logran, debido al refinamiento que es necesario alcanzar en la pasión y en la poesía. No me gusta la palabra prosa; es demasiado prosaica. La buena prosa debe estar fundida con la luz de la poesía; la prosa debe ser como la poesía; la poesía debe ser tan inteligente como la prosa (...) El escritor es, por la naturaleza de su profesión, un soñador y un soñador consciente. ¿Cómo, sin amor y sin la intuición que procede del amor, puede un ser humano colocarse en la situación de otro ser humano? Tiene que imaginar, y la imaginación requiere humildad, amor y gran valor. ¿Cómo se puede crear un personaje sin amor y sin la lucha que va con el amor? ..."
Carson McCullers, fragmento de El sueño que florece en "El mudo" y otros textos.
Carson McCullers, fragmento de El sueño que florece en "El mudo" y otros textos.
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