Un cierto día se convirtió en una presencia para mí;
ahí estaba, enfrentándome- un cielo, aire, luz:
un ser. Y antes de que comenzara a descender
desde la altura del mediodía, se inclinó
y me golpeó el hombro como,
con la hoja de una espada, otorgándome
honor y una tarea. El golpe del dia
resonó, metálico- o era yo, una campana despertó,
y lo que escuché fue todo mi ser
diciendo y cantando lo que sabía: yo puedo.
Denise Levertov, Variation on a Theme by Rilke
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