miércoles, 29 de junio de 2022
Emily Dickinson: Tengo un sólo pensamiento...
Emily Dickinson: Querida Susie, pensé furiosamente en todo lo que amas...
Emily Dickinson: La tierra está repleta de cielo
lunes, 27 de junio de 2022
Mary Oliver: Mensajera
igualmente buscadores de dulzura.
Aquí la levadura vivificante; allí las ciruelas azules.
Aquí las almejas hundidas en la arena moteada.
¿Mis botas están viejas? ¿Tengo el abrigo roto?
¿Ya no soy joven y estoy lejos, aún, de ser perfecta? Déjame
tener mi mente en lo que importa,
que es mi trabajo,
que es más que nada quedarme quieta y aprender a asombrarme.
La Phoebe, el delphinium.
Las ovejas en el pasto, y el pasto.
Que es sobre todo regocijarme, pues todos los ingredientes están aquí,
Es decir la gratitud, que se nos dé una mente, un corazón
y esta ropa corpórea,
una boca con la que gritarle de gozo
a la polilla y al reyezuelo, a la almeja soñolienta desenterrada,
diciéndoles a todos, una y otra vez, cómo es
que vivimos para siempre.
sábado, 25 de junio de 2022
Monique Wittig: Conciencia lesbiana
"Cuando se analiza la opresión de las mujeres con un enfoque materialista y feminista, se destruye la idea de que las mujeres son un grupo natural... Lo que el análisis consigue al nivel de las ideas, la práctica lo hace efectivo en el nivel de los hechos: por su sola existencia una sociedad lesbiana destruye el hecho artificial (social) que constituye a las mujeres como un "grupo natural". Una sociedad lesbiana revela pragmáticamente que esa separación de los hombres de que las mujeres han sido objeto, es política y muestra que hemos sido ideológicamente reconstruidas como un "grupo natural". En el caso de las mujeres, la ideología llega lejos, ya que nuestros cuerpos, así como nuestras mentes, son el producto de esta manipulación.
En nuestras mentes y en nuestros cuerpos se nos hace corresponder, rasgo a rasgo, con la idea de naturaleza que ha sido establecida para nosotras. Somos manipuladas hasta tal punto que nuestro cuerpo deformado es lo que ellos llaman "natural", lo que supuestamente existía antes de la opresión; tan manipuladas que finalmente la opresión parece ser una consecuencia de esta "naturaleza" que está dentro de nosotras mismas (una naturaleza que es solamente una idea). Lo que un análisis materialista hace por medio del razonamiento, una sociedad lesbiana lo realiza de hecho: no sólo no existe el grupo natural "mujeres" (nosotras las lesbianas somos la prueba de ello), sino que, como individuos, también cuestionamos "la-mujer", algo que, para nosotras —como para Simone de Beauvoir— es sólo un mito. Ella afirmó: "No se nace mujer, se llega a serlo. No hay ningún destino biológico, psicológico o económico que determine el papel que las mujeres representan en la sociedad: es la civilización como un todo la que produce esa criatura intermedia entre macho y eunuco, que se califica como femenina".
Un análisis feminista materialista muestra que lo que nosotras consideramos causa y origen de la opresión, es solamente la "marca" que el opresor impone sobre los oprimidos: el "mito de la mujer", con sus manifestaciones y efectos materiales en las conciencias y en los cuerpos apropiados de las mujeres. Tener una conciencia lesbiana supone no olvidar nunca hasta qué punto ser "la-mujer" era para nosotras algo "contra natura", algo limitador, totalmente opresivo y destructivo en los viejos tiempos anteriores al movimiento de liberación de las mujeres. Era una constricción política y aquellas que resistían eran acusadas de no ser "verdaderas" mujeres. Pero entonces estábamos orgullosas de ello, porque en la acusación había ya como una sombra de triunfo: el reconocimiento, por el opresor, de que "mujer" no es un concepto tan simple, porque para ser una, era necesario ser una "verdadera".
Simone de Beauvoir subrayó precisamente la falsa conciencia que consiste en seleccionar de entre las características del mito (que las mujeres son diferentes de los hombres) aquellas que parecen agradables, y utilizarlas para definir a las mujeres. Utilizar eso de que "es maravilloso ser mujer", supone asumir, para definir a las mujeres, los mejores rasgos (¿mejores respecto a quién?) que la opresión nos ha asignado, y supone no cuestionar radicalmente las categorías "hombre" y "mujer", que son categorías políticas (y no datos naturales)."
"Es nuestra tarea histórica, y sólo nuestra, definir en términos materialistas lo que llamamos opresión, analizar a las mujeres como clase, lo que equivale a decir que la categoría "mujer" y la categoría "hombre", son categorías políticas y económicas y que, por tanto, no son eternas.
"Cuando descubrimos que las mujeres son objeto de opresión y apropiación, en el momento exacto en que somos capaces de reconocer esto, nos convertimos en sujetos en el sentido de sujetos cognitivos, por medio de una operación de abstracción...Esta operación de entender la realidad tiene que ser emprendida por cada una de nosotras: llamémosla una práctica subjetiva, cognitiva. Este movimiento de ida y vuelta entre los dos niveles de la realidad (la realidad conceptual y la realidad material de la opresión, que son, ambas, realidades sociales) se logra a través del lenguaje. Somos nosotras quienes históricamente tenemos que realizar esa tarea..."
"Para las mujeres, responder a la cuestión del sujeto individual en términos materialistas consiste, en primer lugar, en mostrar, como lo hicieron las feministas y las lesbianas, que los problemas supuestamente subjetivos, "individuales" y "privados" son, de hecho, problemas sociales, problemas de clase; que la sexualidad no es, para las mujeres, una expresión individual y subjetiva, sino una institución social violenta."
"Cuando Adrienne Rich dijo: "La heterosexualidad es obligatoria", dio un gran paso en la comprensión de la especie de contrato social al que actualmente nos enfrentamos. Nicole-Claude Mathieu, una antropóloga francesa, en un ensayo notable sobre la conciencia dominada, ha mostrado que incluso en el silencio no se puede leer un consentimiento. ¿Y cómo podemos consentir un contrato social que nos reduce por obligación a seres sexuales que sólo tienen sentido por sus actividades reproductivas, o, a seres en los cuales todo, incluso su espíritu, es sexo.
En conclusión diré que las mujeres sólo pueden entrar en un nuevo contrato social, escapando de su clase, incluso si tienen que hacerlo como esclavas fugitivas, una por una. Ya lo estamos haciendo. Las lesbianas somos desertoras, esclavas fugitivas; las esposas desertoras están en la misma situación y existen en todos los países porque el régimen político de la heterosexualidad está presente en todas las culturas. Así romper con el contrato social heterosexual es una necesidad para quienes no lo asumimos."
Monique Wittig: La categoría de sexo
• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier sociedad, hay "sexos" (dos categorías innatas de individuos) con una diferencia constitutiva, una diferencia que tiene consecuencias ontológicas (el enfoque metafísico);
• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier orden social, hay "sexos" que son "naturalmente", "biológicamente", "hormonalmente" o "genéticamente" diferentes y que esta diferencia tiene consecuencias sociológicas (el enfoque científico);
• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier orden social, hay una "división natural del trabajo en la familia", "una división del trabajo [que] en su origen no es otra cosa que la división del trabajo en el acto sexual" (el enfoque marxista). Sea cual sea el enfoque, permanece siempre esa idea fundamental. Los sexos, a pesar de su diferencia "constitutiva", deben inevitablemente desarrollar relaciones de categoría a categoría. Dado que pertenecen a un orden natural, esas relaciones no pueden ser consideradas como relaciones sociales. Esta concepción que impregna todos los discursos, incluidos los del sentido común (la costilla de Adán o Adán es, Eva es la costilla de Adán), es el pensamiento de la dominación. El conjunto de sus discursos es reforzado constantemente en todos los niveles de la realidad social y oculta la realidad política de la subyugación de un sexo por el otro, el carácter obligatorio de la categoría en sí (que constituye la primera definición del ser social por su estado civil). Ello se plantea así, aunque la categoría de sexo no tiene existencia a priori, antes de que exista una sociedad. En cuanto categoría de dominación, no puede ser el producto de la dominación natural, es el producto de la dominación social de las mujeres ejercida por los hombres, ya que no existe otra dominación que la social.
La categoría de sexo es una categoría política que funda la sociedad en cuanto heterosexual. En este sentido, no se trata de una cuestión de ser, sino de relaciones (ya que las "mujeres" y los "hombres" son el resultado de relaciones) aunque los dos aspectos son confundidos siempre cuando se discuten. La categoría de sexo es la categoría que establece como "natural" la relación que está en la base de la sociedad (heterosexual), y a través de ella la mitad de la población —las mujeres— es "heterosexualizada" (la fabricación de las mujeres es similar a la fabricación de los eunucos, y a la crianza de esclavos y de animales) y sometida a una economía heterosexual. La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que impone a las mujeres la obligación absoluta de reproducir "la especie", es decir, reproducir la sociedad heterosexual. La obligación de reproducción de "la especie" que se impone a las mujeres es el sistema de explotación sobre el que se funda económicamente la heterosexualidad.
La reproducción consiste esencialmente en este trabajo, esta producción realizada por las mujeres, que permite a los hombres apropiarse de todo el trabajo de las mujeres. Hay que incluir aquí la apropiación del trabajo que está asociado "por naturaleza" a la reproducción: criar a los hijos, las tareas domésticas. Esta apropiación del trabajo de las mujeres se efectúa exactamente de la misma manera que la apropiación del trabajo de la clase obrera por la clase dominante.
No se puede decir que una de estas dos producciones (la reproducción) es "natural" y que la otra es social. Este argumento no es más que la justificación teórica e ideológica de la opresión, un argumento para hacer creer a las mujeres que antes de que hubiera sociedad y en todas las sociedades están sometidas a esta obligación de la reproducción."
"La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual, en la cual los hombres se apropian de la reproducción y la producción de las mujeres, así como de sus personas físicas por medio de un contrato que se llama contrato de matrimonio. Comparemos este contrato con el contrato que vincula a un trabajador con su empresario. El contrato que une a una mujer con un hombre es, en principio, un contrato de por vida, que sólo la ley puede romper (el divorcio). Asigna a la mujer ciertas obligaciones, incluyendo un trabajo no remunerado. Su trabajo (la casa, criar a los niños), así como sus obligaciones (cesión de su reproducción puesta a nombre del marido, coito forzado, cohabitación día y noche, asignación de una residencia, como se sobreentiende en la noción jurídica de "abandono del domicilio conyugal") significan que la mujer, en cuanto persona física, pertenece a su marido. El hecho de que una mujer depende directamente de su marido está implícito en la regla —generalmente respetada por la policía— de no intervenir cuando un marido pega a su mujer. La policía interviene ante una denuncia por agresiones cuando un ciudadano golpea a otro ciudadano.
"La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que hace de la mitad de la población seres sexuales donde el sexo es una categoría de la cual las mujeres no pueden salir. Estén donde estén, hagan lo que hagan (incluyendo cuando trabajan en el sector público) ellas son vistas como (y convertidas en) sexualmente disponibles para los hombres y ellas, senos, nalgas, vestidos, deben ser visibles. Ellas deben llevar puesta su estrella amarilla, su eterna sonrisa día y noche. Se puede decir que todas las mujeres, casadas o no, deben efectuar un servicio sexual forzoso, un servicio sexual que puede compararse al servicio militar y que puede durar, según el caso, un día, un año, veinticinco años o más. Algunas lesbianas y algunas religiosas escapan de él, pero son pocas, aunque vayan en aumento. Las mujeres son muy visibles como seres sexuales, pero como seres sociales son totalmente invisibles, y aún así deben hacerse lo más pequeñas posible y deben siempre disculparse. Basta con leer las entrevistas a mujeres excepcionales en las revistas para ver que siempre se disculpan. E incluso en la actualidad, los periódicos informan de que "dos estudiantes y una mujer", "dos abogados y una mujer", "tres viajeros y una mujer" han hecho esto o aquello. La categoría de sexo es la categoría que une a las mujeres porque ellas no pueden ser concebidas por fuera de esa categoría. Sólo ellas son sexo, el sexo, y se las ha convertido en sexo en su espíritu, su cuerpo, sus actos, sus gestos; incluso los asesinatos de que son objeto y los golpes que reciben son sexuales. Sin duda la categoría de sexo apresa firmemente a las mujeres.
Y es que la categoría de sexo es una categoría totalitaria que para probar su existencia tiene sus inquisidores, su justicia, sus tribunales, su conjunto de leyes, sus terrores, sus torturas, sus mutilaciones, sus ejecuciones, su policía. Forma el espíritu y el cuerpo, porque controla toda la producción mental. Posee nuestros espíritus de tal manera que no podemos pensar fuera de ella. Por esta razón debemos destruirla y comenzar a pensar más allá de ella si queremos empezar a pensar realmente, del mismo modo que debemos destruir los sexos como realidades sociológicas si queremos empezar a existir. La categoría de sexo es una categoría que determina la esclavitud de las mujeres, y actúa de forma muy precisa por medio de una operación de reducción, como en el caso de los esclavos negros, tomando una parte por el todo, una parte (el color, el sexo) por la cual tiene que pasar todo un grupo humano como a través de un filtro."
"Las mujeres son una clase que está estructurada de forma muy similar a como lo estaba la clase de los siervos. Constato en la actualidad que no pueden desvincularse del orden heterosexual más que huyendo de él una por una."
jueves, 23 de junio de 2022
Emily Dickinson: Nuestras propias posesiones - aunque nuestras -
Emily Dickinson: La Remembranza tiene un Detrás y Delante
sábado, 18 de junio de 2022
Adrienne Rich: Heroínas
Cuando hablas en público
te lanzan
excrementos humanos
eres excepcional
en privado
indignada
dejas de creer
en la protección
reconocer
además