"La habitación no es mía. Una ventana enmarca un fresno. Una ventana enfoca el mundo. Desde el ancho lente de tu ventana puedo ver un álbum de vida ordinaria. Hay una mujer desplegando un atril musical con metálica determinación. Toma una flauta, comienza a tocar, y burbujas de jabón de las notas rompen contra el cristal. La música está flotando, pero la mujer está de pie muy quieta. Lo raro en ella es que está desnuda. Sí, completamente desnuda, su espina dorsal tan larga y recta como su flauta, sus vértebras como las llaves de la flauta. Abrí la ventana para dejar entrar la música. Éramos flotante Mozart. ¿Por qué será que las cosas reales son frágiles y duras, destruidas tan fácilmente, pero nunca dañadas? Perdidas para nosotros eternamente –estúpidamente, inconscientemente- pero en sí mismas encontradas, siempre, una vez más, cuando el tiempo se abre como una puerta."
- Jeanette Winterson, The World and Other Places
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