viernes, 23 de noviembre de 2018

Hipatia de Alejandría




                                    Hipatia de Alejandría

Hipatia (nació en Alejandría en el 370 d.C. y murió 415-16 d.C.) fue una filósofa, astrónoma y matemática. Vivió y enseñó en Alejandría. Permanece como una de las últimas filósofas de la antigüedad. Su doctrina estaba muy influencia por el neoplatonismo, de gran tradición en Egipto. Tan sabia era sobre el tema que llegó a ser la cabeza visible de esa corriente de pensamiento. Su padre la inició en esos estudios pero Hipatia dejaría muy atrás a su preceptor y se ganaría por derecho propio el respeto de la élite cultural pagana de Alejandría. Hasta el punto de que sería ella quien liderada la escuela de pensamiento hasta su muerte.

A Hipatia se le atribuyó la autoría del Canon Astronómico, la construcción del astrolabio y el hidrómetro. En Francia un artículo en "Enciclopedia", cuyo editor era Voltaire, elogió a Hipatia como una precursora de la Ilustración. 

Su casa era un centro de intelectuales. Su reputación atrajo a estudiantes de todo el Mediterráneo. También dio conferencias para el público en general. Firme defensora de la enseñanza libre, la científica tendría influencia sobre los políticos de la ciudad. Una ciudad que veía el progresivo avance de una religión monoteísta, el cristianismo.

Con el auge del cristianismo en el Imperio Romano las creencias de los paganos estaban en retroceso.  Esto se debía en parte al aumento de creyentes, pero también a la hostilidad que esta nueva fe mostraba hacia los demás.

El conflicto no solo era religioso sino que abarcaba el ámbito científico, pues las creencias cristianas no se consideraban compatibles con las enseñanzas paganas. E Hipatia tenía una gran relevancia social en la ciudad de Alejandría, por lo que un grupo de radicales cristianos la convirtió en blanco de su violencia.

Desde el punto de vista político, un ataque a Hipatia de Alejandría era un poderoso mensaje al paganismo. Como mujer pagana de gran admiración su muerte serviría para amedrentar a quienes se oponían a la nueva fe. Su fama la convirtió en el blanco de los radicales.


Crueldad es la palabra que surge cuando se piensa en la muerte de Hipatia de Alejandría. Este grupo de asesinos, radicales cristianos, la asaltó en plena calle y se la llevó a rastras, maltratándola por el camino. Poco después la desnudaron y la apedrearon hasta la muerte. Incluso llegaron a descuartizarla. Sus restos fueron exhibidos por la ciudad por sus asesinos como instrumento de terror. Sin que nadie se lo impidiera, dieron por concluido su crimen quemando lo que quedaba de ella.
 

Así terminaron con la vida de Hipatia de Alejandría, una mujer excepcional que demostró su valía como maestra y científica hasta ganarse un hueco en los libros de Historia. Las motivaciones de su muerte parecen políticas también. Ella representaba el mundo antiguo. El grado de violencia ejercido contra ella hace sospechar que tal vez hubiera jugado un papel activo contra los actos de los fanáticos cristianos. Es posible que se negara a cerrar su escuela aún cuando fuera amenazada. Y el salvajismo del asesinato de Hipatia de Alejandría fue un mensaje de advertencia para que nadie, y, sobre todo, ninguna mujer, se planteara oponerse a ellos. Otra víctima más de la violencia de quienes eliminan a los que no se pliegan a la voluntad del más fuerte.

La mayor parte de los escritos de Hipatia comenzaron como notas para sus estudiantes. Ninguno ha sobrevivido completo. Sus escritos fueron destruidos en el incendio de la biblioteca de Alejandría. Pero se conocen gracias a sus discípulos, como Sinesio de Cirene o Hesiquio de Alejandría, el Hebreo.

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