miércoles, 29 de junio de 2022

Emily Dickinson: Tengo un sólo pensamiento...



11 Junio, 1852

"Tengo un sólo pensamiento, esta tarde de junio, y es acerca de ti, y tengo un sólo ruego; querida Susie, que es para ti. Porque tú y yo tomadas de la mano como están tomados entre sí nuestros corazones podrían quizá correr como los niños en medio de bosques, para olvidar muchos años y sus tristes consecuencias, y sería como volvernos niñas nuevamente...Ojalá así fuera, Susie, pero cuando miro alrededor me encuentro sola, y suspiro por ti otra vez y otra más, leve suspiro, vano suspiro que no te traerá de vuelta a casa. (...)

Tres semanas faltan quizá para que vuelvas y me pongo cada vez más y más impaciente hasta que llegue el día deseado..."

                            Emily Dickinson, cartas a Susan

Emily Dickinson: Querida Susie, pensé furiosamente en todo lo que amas...



"Querida Susie, pensé furiosamente en todo lo que amas para mandarte algo y elegí finalmente las pequeñas violetas: son demasiado pequeñas, me suplicaron que las permitiera ir, así que aquí están- ya no temo su perfume, porque ellas habrán de endulzar tu corazón. Mantenlas bajo tu almohada, te harán soñar con el cielo azul, y el hogar, y los "bienaventurados países"! Tú y yo tendremos una hora con "Edward" and "Ellen Middleton" y en algún momento cuando llegues a casa - tenemos que averiguar si algunas de las cosas contenidas en él son ciertas, y si lo son,  tú y yo estamos llegando!"

                            Emily Dickinson, cartas a Susan

Emily Dickinson: La tierra está repleta de cielo



"Si amamos las flores, ¿no nacemos de nuevo todos los días?"
 
             Emily Dickinson en una carta a la Sra. George S. Dickerman

lunes, 27 de junio de 2022

Mary Oliver: Mensajera

 
Mi trabajo es amar el Mundo.
Aquí los girasoles, allá el colibrí, 
igualmente buscadores de dulzura.
Aquí la levadura vivificante; allí las ciruelas azules.
Aquí las almejas hundidas en la arena moteada.

¿Mis botas están viejas? ¿Tengo el abrigo roto?
¿Ya no soy joven y estoy lejos, aún, de ser perfecta? Déjame
       tener mi mente en lo que importa,
que es mi trabajo,

que es más que nada quedarme quieta y aprender a asombrarme.
La Phoebe, el delphinium.
Las ovejas en el pasto, y el pasto.
Que es sobre todo regocijarme, pues todos los ingredientes están aquí,

Es decir la gratitud, que se nos dé una mente, un corazón
      y esta ropa corpórea,
una boca con la que gritarle de gozo
      a la polilla y al reyezuelo, a la almeja soñolienta desenterrada,
diciéndoles a todos, una y otra vez, cómo es
     que vivimos para siempre.

                            Mary Oliver, Sed

sábado, 25 de junio de 2022

Monique Wittig: Conciencia lesbiana


"Cuando se analiza la opresión de las mujeres con un enfoque materialista y feminista, se destruye la idea de que las mujeres son un grupo natural... Lo que el análisis consigue al nivel de las ideas, la práctica lo hace efectivo en el nivel de los hechos: por su sola existencia una sociedad lesbiana destruye el hecho artificial (social) que constituye a las mujeres como un "grupo natural". Una sociedad lesbiana revela pragmáticamente que esa separación de los hombres de que las mujeres han sido objeto, es política y muestra que hemos sido ideológicamente reconstruidas como un "grupo natural". En el caso de las mujeres, la ideología llega lejos, ya que nuestros cuerpos, así como nuestras mentes, son el producto de esta manipulación.

En nuestras mentes y en nuestros cuerpos se nos hace corresponder, rasgo a rasgo, con la idea de naturaleza que ha sido establecida para nosotras. Somos manipuladas hasta tal punto que nuestro cuerpo deformado es lo que ellos llaman "natural", lo que supuestamente existía antes de la opresión; tan manipuladas que finalmente la opresión parece ser una consecuencia de esta "naturaleza" que está dentro de nosotras mismas (una naturaleza que es solamente una idea). Lo que un análisis materialista hace por medio del razonamiento, una sociedad lesbiana lo realiza de hecho: no sólo no existe el grupo natural "mujeres" (nosotras las lesbianas somos la prueba de ello), sino que, como individuos, también cuestionamos "la-mujer", algo que, para nosotras —como para Simone de Beauvoir— es sólo un mito. Ella afirmó: "No se nace mujer, se llega a serlo. No hay ningún destino biológico, psicológico o económico que determine el papel que las mujeres representan en la sociedad: es la civilización como un todo la que produce esa criatura intermedia entre macho y eunuco, que se califica como femenina".

"Es el mismo método que consiste en buscar en los hombres y en las mujeres una razón biológica para explicar su división, excluyendo los hechos sociales. Para mí, esto no podrá constituir nunca un punto de partida para un análisis lesbiano de la opresión de las mujeres, porque se presupone que la base o el origen de la sociedad humana está fundamentado necesariamente en la heterosexualidad. El matriarcado no es menos heterosexual que el patriarcado...Además, esta concepción no sólo sigue asumiendo las categorías del sexo (mujer y hombre), sino que mantiene la idea de que la capacidad de dar a luz (o sea, la biología) es lo único que define a una mujer...Por ejemplo, no se considera el embarazo como una producción forzada, sino como un proceso "natural", "biológico", olvidando que en nuestras sociedades la natalidad es planificada (demografía), olvidando que nosotras mismas somos programadas para producir niños, aunque es la única actividad social, "con la excepción de la guerra", que implica tanto peligro de muerte. Mientras seamos "incapaces de abandonar, por voluntad o espontáneamente, la obligación secular de procrear que las mujeres asumen como el acto creador femenino", el control sobre esa producción de niños significará mucho más que el simple control de los medios materiales de dicha producción. Para lograr este control las mujeres tendrán que abstraerse de la definición "la-mujer" que les es impuesta.

Un análisis feminista materialista muestra que lo que nosotras consideramos causa y origen de la opresión, es solamente la "marca" que el opresor impone sobre los oprimidos: el "mito de la mujer", con sus manifestaciones y efectos materiales en las conciencias y en los cuerpos apropiados de las mujeres. Tener una conciencia lesbiana supone no olvidar nunca hasta qué punto ser "la-mujer" era para nosotras algo "contra natura", algo limitador, totalmente opresivo y destructivo en los viejos tiempos anteriores al movimiento de liberación de las mujeres. Era una constricción política y aquellas que resistían eran acusadas de no ser "verdaderas" mujeres. Pero entonces estábamos orgullosas de ello, porque en la acusación había ya como una sombra de triunfo: el reconocimiento, por el opresor, de que "mujer" no es un concepto tan simple, porque para ser una, era necesario ser una "verdadera".

"Rechazar convertirse en heterosexual (o mantenerse como tal) ha significado siempre, conscientemente o no, negarse a convertirse en una mujer, o en un hombre. Para una lesbiana esto va más lejos que el mero rechazo del papel de "mujer". Es el rechazo del poder económico, ideológico y político de un hombre. Esto, nosotras las lesbianas, y también muchas que no lo eran, ya lo sabíamos antes del inicio de los movimientos feministas y lésbicos. Sin embargo, como señala Andrea Dworkin, muchas lesbianas recientemente "intentaron cada vez más transformar la propia ideología que nos esclavizó en una celebración dinámica, religiosa, psicológicamente coercitiva del potencial biológico femenino". De este modo, algunas tendencias de los movimientos feminista y lésbico conducen de nuevo al mito de la mujer que había sido creado especialmente para nosotras por los hombres, y con él volvemos a caer otra vez en un grupo natural...
 
Simone de Beauvoir subrayó precisamente la falsa conciencia que consiste en seleccionar de entre las características del mito (que las mujeres son diferentes de los hombres) aquellas que parecen agradables, y utilizarlas para definir a las mujeres. Utilizar eso de que "es maravilloso ser mujer", supone asumir, para definir a las mujeres, los mejores rasgos (¿mejores respecto a quién?) que la opresión nos ha asignado, y supone no cuestionar radicalmente las categorías "hombre" y "mujer", que son categorías políticas (y no datos naturales)."

"Es nuestra tarea histórica, y sólo nuestra, definir en términos materialistas lo que llamamos opresión, analizar a las mujeres como clase, lo que equivale a decir que la categoría "mujer" y la categoría "hombre", son categorías políticas y económicas y que, por tanto, no son eternas.  

Nuestra lucha intenta hacer desaparecer a los hombres como clase, no con un genocidio, sino con una lucha política. Cuando la clase de los "hombres" haya desaparecido, las mujeres como clase desaparecerán también, porque no habrá esclavos sin amos. Nuestra primera tarea, me parece, es siempre tratar de distinguir cuidadosamente entre las "mujeres" (la clase dentro de la cual luchamos) y "la-mujer", el mito. Porque la "mujer" no existe para nosotras: es solo una formación imaginaria, mientras que las "mujeres" son el producto de una relación social. Hemos sentido esto claramente cuando rechazábamos que nos llamaran "movimiento de liberación de la mujer". Más aún tenemos que destruir el mito dentro y fuera de nosotras. La "mujer" no es cada una de nosotras, sino una construcción política e ideológica que niega a "las mujeres" (el producto de una relación de explotación). "La-mujer" existe para confundirnos, para ocultar la realidad de "las mujeres". Para llegar a ser una clase, para tener una conciencia de clase, tenemos primero que matar el mito de "la-mujer", incluyendo sus rasgos más seductores (pienso en Virginia Wolf cuando decía que la primera tarea de una mujer escritora es "matar al ángel del hogar".)"

"Cuando descubrimos que las mujeres son objeto de opresión y apropiación, en el momento exacto en que somos capaces de reconocer esto, nos convertimos en sujetos en el sentido de sujetos cognitivos, por medio de una operación de abstracción...Esta operación de entender la realidad tiene que ser emprendida por cada una de nosotras: llamémosla una práctica subjetiva, cognitiva. Este movimiento de ida y vuelta entre los dos niveles de la realidad (la realidad conceptual y la realidad material de la opresión, que son, ambas, realidades sociales) se logra a través del lenguaje. Somos nosotras quienes históricamente tenemos que realizar esa tarea..."

"Para las mujeres, responder a la cuestión del sujeto individual en términos materialistas consiste, en primer lugar, en mostrar, como lo hicieron las feministas y las lesbianas, que los problemas supuestamente subjetivos, "individuales" y "privados" son, de hecho, problemas sociales, problemas de clase; que la sexualidad no es, para las mujeres, una expresión individual y subjetiva, sino una institución social violenta."

"Cuando Adrienne Rich dijo: "La heterosexualidad es obligatoria", dio un gran paso en la comprensión de la especie de contrato social al que actualmente nos enfrentamos. Nicole-Claude Mathieu, una antropóloga francesa, en un ensayo notable sobre la conciencia dominada, ha mostrado que incluso en el silencio no se puede leer un consentimiento. ¿Y cómo podemos consentir un contrato social que nos reduce por obligación a seres sexuales que sólo tienen sentido por sus actividades reproductivas, o, a seres en los cuales todo, incluso su espíritu, es sexo.

     En conclusión diré que las mujeres sólo pueden entrar en un nuevo contrato social, escapando de su clase, incluso si tienen que hacerlo como esclavas fugitivas, una por una. Ya lo estamos haciendo. Las lesbianas somos desertoras, esclavas fugitivas; las esposas desertoras están en la misma situación y existen en todos los países porque el régimen político de la heterosexualidad está presente en todas las culturas. Así romper con el contrato social heterosexual es una necesidad para quienes no lo asumimos."

"El lesbianismo ofrece, de momento, la única forma social en la cual podemos vivir libremente. Además, lesbiana es el único concepto que conozco que está más allá de las categorías de sexo (mujer y hombre), pues el sujeto designado (lesbiana) no es una mujer ni económicamente, ni políticamente, ni ideológicamente. Lo que constituye a una mujer es una relación social específica con un hombre, una relación que hemos llamado servidumbre, una relación que implica obligaciones personales y físicas y también económicas (asignación de residencia, trabajos domésticos, deberes conyugales, producción ilimitada de hijos, etc.), una relación de la cual las lesbianas escapan cuando rechazan volverse o seguir siendo heterosexuales. Somos desertoras de nuestra clase como lo eran los esclavos americanos fugitivos cuando se escapaban de la esclavitud y se volvían libres. Para nosotras, ésta es una necesidad absoluta; nuestra supervivencia exige que nos dediquemos con todas nuestras fuerzas a destruir esa clase, -las mujeres- con la cual los hombres se apropian de las mujeres. Y esto sólo puede lograrse por medio de la destrucción de la heterosexualidad como un sistema social basado en la opresión de las mujeres por los hombres, un sistema que produce el cuerpo de doctrinas de la diferencia entre los sexos para justificar esta opresión."

           Monique Wittig, El pensamiento heterosexual y otros ensayos
  

Monique Wittig: La categoría de sexo

 
  
"El enfoque político y filosófico que he adoptado para la primera mitad de esta colección de ensayos lo he denominado "lesbianismo materialista". Con él describo la heterosexualidad  no como una institución sino como un régimen político que se basa en la sumisión y la apropiación de las mujeres.
 
En situaciones desesperadas, como ocurría a siervos y esclavos, las mujeres pueden "elegir" convertirse en fugitivas e intentar escapar de su clase o grupo (como hacen las lesbianas) y/o renegociar diariamente, término a término, el contrato social. No hay escapatoria (porque no hay territorio, no hay otra orilla del Mississippi...Lo único que se puede hacer es resistir por sus propios medios como prófuga, como esclava fugitiva, como lesbiana."
 
"Primero hay que salirse de los senderos trillados de la política, la filosofía, la antropología, la historia, las "culturas", para entender lo que está ocurriendo realmente. Después habría que vérselas con el magnífico juguete filosófico de la dialéctica, que no nos permite concebir la oposición de hombres y mujeres en términos de lucha de clases. Debemos entender que este conflicto no tiene nada de eterno, y que para superarlo debemos destruir política, filosófica y simbólicamente las categorías de "hombres" y "mujeres".
 
"Esta colección de ensayos está dividida en dos partes. La primera, como ya he dicho, aborda una discusión política. Con la "categoría de sexo" quería mostrar el "sexo" como una categoría política. La palabra "género" tal y como se utiliza en Inglaterra y en Estados Unidos me parecía muy imprecisa. 
 
En "No se nace mujer" intento establecer un vínculo entre mujeres luchando por las mujeres como clase, contra la idea de "la mujer" como concepto esencialista. 
 
En "El pensamiento heterosexual" bosquejo los contornos de ese pensamiento que durante siglos ha construido la heterosexualidad como algo dado. 
 
 "A propósito del contrato social" plantea la idea de que existe la posibilidad de ir más allá del contrato social heterosexual. 

LA CATEGORÍA DE SEXO

"La continua presencia de los sexos y la de los esclavos y los amos provienen de la misma creencia. Como no existen esclavos sin amos, no existen mujeres sin hombres. La ideología de la diferencia sexual opera en nuestra cultura como una censura, en la medida en que oculta la oposición que existe en el plano social entre los hombres y las mujeres poniendo a la naturaleza como su causa.
 
Masculino/femenino, macho/hembra son categorías que sirven para disimular el hecho de que las diferencias sociales implican siempre un orden económico, político e ideológico...Los amos explican y justifican las divisiones que han creado como el resultado de diferencias naturales."

"Porque no hay ningún sexo. Sólo hay un sexo que es oprimido y otro que oprime. Es la opresión la que crea el sexo, y no al revés. Lo contrario vendría a decir que es el sexo lo que crea la opresión, o decir que la causa (el origen) de la opresión debe encontrarse en el sexo mismo, en una división natural de los sexos que preexistiría a (o que existiría fuera de) la sociedad."

"La lucha de clases entre hombres y mujeres —que debería ser emprendida por todas las mujeres— es lo que resuelve las contradicciones entre los sexos, los destituye cuando los hace comprensibles...Lo que me interesa señalar aquí es que antes del conflicto (la revuelta, la lucha) no existen categorías de oposición sino solamente categorías de diferencia. Y es sólo cuando la lucha estalla cuando se manifiesta la violenta realidad de las oposiciones y el carácter político de las diferencias. Pues mientras las oposiciones (las diferencias) sigan pareciendo datos, algo que está ya ahí, "naturales", precediendo a cualquier pensamiento—sin conflicto ni lucha— no habrá dialéctica, ni cambio, ni movimiento. El pensamiento dominante se niega a analizarse a sí mismo para comprender aquello que lo pone en cuestión."

"Mientras no haya una lucha de las mujeres, no habrá conflicto entre los hombres y las mujeres. El destino de las mujeres es aportar tres cuartas partes del trabajo en la sociedad (tanto en la esfera de lo público como de lo privado), trabajo al que hay que añadir el trabajo corporal de la reproducción según la tasa preestablecida de la demografía. Ser asesinada y mutilada, ser torturada y maltratada física y mentalmente; ser violada, ser golpeada y ser forzada a casarse, éste es el destino de las mujeres. Y por supuesto no se puede cambiar el destino. Las mujeres no saben que están totalmente dominadas por los hombres, y cuando lo admiten, "casi no pueden creerlo". Por lo general, como último recurso ante la realidad desnuda y cruda, rechazan "creer" que los hombres las dominan conscientemente...Por su parte, los hombres saben perfectamente que dominan a las mujeres ("Somos los amos de las mujeres", dijo André Bretón) y han sido educados para hacerlo. No necesitan decirlo constantemente, pues rara vez se habla de dominación sobre aquello que ya se posee."

"La dominación suministra a las mujeres un conjunto de hechos, de datos, de aprioris que, por muy discutibles que sean, forman una enorme construcción política, una prieta red que lo cubre todo, nuestros pensamientos, nuestros gestos, nuestros actos, nuestro trabajo, nuestras sensaciones, nuestras relaciones. Por todas partes la dominación nos enseña:

• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier sociedad, hay "sexos" (dos categorías innatas de individuos) con una diferencia constitutiva, una diferencia que tiene consecuencias ontológicas (el enfoque metafísico);

• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier orden social, hay "sexos" que son "naturalmente", "biológicamente", "hormonalmente" o "genéticamente" diferentes y que esta diferencia tiene consecuencias sociológicas (el enfoque científico);

• que antes de cualquier pensamiento, de cualquier orden social, hay una "división natural del trabajo en la familia", "una división del trabajo [que] en su origen no es otra cosa que la división del trabajo en el acto sexual" (el enfoque marxista). Sea cual sea el enfoque, permanece siempre esa idea fundamental. Los sexos, a pesar de su diferencia "constitutiva", deben inevitablemente desarrollar relaciones de categoría a categoría. Dado que pertenecen a un orden natural, esas relaciones no pueden ser consideradas como relaciones sociales. Esta concepción que impregna todos los discursos, incluidos los del sentido común (la costilla de Adán o Adán es, Eva es la costilla de Adán), es el pensamiento de la dominación. El conjunto de sus discursos es reforzado constantemente en todos los niveles de la realidad social y oculta la realidad política de la subyugación de un sexo por el otro, el carácter obligatorio de la categoría en sí (que constituye la primera definición del ser social por su estado civil). Ello se plantea así, aunque la categoría de sexo no tiene existencia a priori, antes de que exista una sociedad. En cuanto categoría de dominación, no puede ser el producto de la dominación natural, es el producto de la dominación social de las mujeres ejercida por los hombres, ya que no existe otra dominación que la social.

La categoría de sexo es una categoría política que funda la sociedad en cuanto heterosexual. En este sentido, no se trata de una cuestión de ser, sino de relaciones (ya que las "mujeres" y los "hombres" son el resultado de relaciones) aunque los dos aspectos son confundidos siempre cuando se discuten. La categoría de sexo es la categoría que establece como "natural" la relación que está en la base de la sociedad (heterosexual), y a través de ella la mitad de la población —las mujeres— es "heterosexualizada" (la fabricación de las mujeres es similar a la fabricación de los eunucos, y a la crianza de esclavos y de animales) y sometida a una economía heterosexual. La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que impone a las mujeres la obligación absoluta de reproducir "la especie", es decir, reproducir la sociedad heterosexual. La obligación de reproducción de "la especie" que se impone a las mujeres es el sistema de explotación sobre el que se funda económicamente la heterosexualidad. 

La reproducción consiste esencialmente en este trabajo, esta producción realizada por las mujeres, que permite a los hombres apropiarse de todo el trabajo de las mujeres. Hay que incluir aquí la apropiación del trabajo que está asociado "por naturaleza" a la reproducción: criar a los hijos, las tareas domésticas. Esta apropiación del trabajo de las mujeres se efectúa exactamente de la misma manera que la apropiación del trabajo de la clase obrera por la clase dominante. 

No se puede decir que una de estas dos producciones (la reproducción) es "natural" y que la otra es social. Este argumento no es más que la justificación teórica e ideológica de la opresión, un argumento para hacer creer a las mujeres que antes de que hubiera sociedad y en todas las sociedades están sometidas a esta obligación de la reproducción."

"La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual, en la cual los hombres se apropian de la reproducción y la producción de las mujeres, así como de sus personas físicas por medio de un contrato que se llama contrato de matrimonio. Comparemos este contrato con el contrato que vincula a un trabajador con su empresario. El contrato que une a una mujer con un hombre es, en principio, un contrato de por vida, que sólo la ley puede romper (el divorcio). Asigna a la mujer ciertas obligaciones, incluyendo un trabajo no remunerado. Su trabajo (la casa, criar a los niños), así como sus obligaciones (cesión de su reproducción puesta a nombre del marido, coito forzado, cohabitación día y noche, asignación de una residencia, como se sobreentiende en la noción jurídica de "abandono del domicilio conyugal") significan que la mujer, en cuanto persona física, pertenece a su marido. El hecho de que una mujer depende directamente de su marido está implícito en la regla —generalmente respetada por la policía— de no intervenir cuando un marido pega a su mujer. La policía interviene ante una denuncia por agresiones cuando un ciudadano golpea a otro ciudadano.

"La categoría de sexo es el producto de la sociedad heterosexual que hace de la mitad de la población seres sexuales donde el sexo es una categoría de la cual las mujeres no pueden salir. Estén donde estén, hagan lo que hagan (incluyendo cuando trabajan en el sector público) ellas son vistas como (y convertidas en) sexualmente disponibles para los hombres y ellas, senos, nalgas, vestidos, deben ser visibles. Ellas deben llevar puesta su estrella amarilla, su eterna sonrisa día y noche. Se puede decir que todas las mujeres, casadas o no, deben efectuar un servicio sexual forzoso, un servicio sexual que puede compararse al servicio militar y que puede durar, según el caso, un día, un año, veinticinco años o más. Algunas lesbianas y algunas religiosas escapan de él, pero son pocas, aunque vayan en aumento. Las mujeres son muy visibles como seres sexuales, pero como seres sociales son totalmente invisibles, y aún así deben hacerse lo más pequeñas posible y deben siempre disculparse. Basta con leer las entrevistas a mujeres excepcionales en las revistas para ver que siempre se disculpan. E incluso en la actualidad, los periódicos informan de que "dos estudiantes y una mujer", "dos abogados y una mujer", "tres viajeros y una mujer" han hecho esto o aquello. La categoría de sexo es la categoría que une a las mujeres porque ellas no pueden ser concebidas por fuera de esa categoría. Sólo ellas son sexo, el sexo, y se las ha convertido en sexo en su espíritu, su cuerpo, sus actos, sus gestos; incluso los asesinatos de que son objeto y los golpes que reciben son sexuales.  Sin duda la categoría de sexo apresa firmemente a las mujeres.

Y es que la categoría de sexo es una categoría totalitaria que para probar su existencia tiene sus inquisidores, su justicia, sus tribunales, su conjunto de leyes, sus terrores, sus torturas, sus mutilaciones, sus ejecuciones, su policía. Forma el espíritu y el cuerpo, porque controla toda la producción mental. Posee nuestros espíritus de tal manera que no podemos pensar fuera de ella. Por esta razón debemos destruirla y comenzar a pensar más allá de ella si queremos empezar a pensar realmente, del mismo modo que debemos destruir los sexos como realidades sociológicas si queremos empezar a existir. La categoría de sexo es una categoría que determina la esclavitud de las mujeres, y actúa de forma muy precisa por medio de una operación de reducción, como en el caso de los esclavos negros, tomando una parte por el todo, una parte (el color, el sexo) por la cual tiene que pasar todo un grupo humano como a través de un filtro."

"Las mujeres son una clase que está estructurada de forma muy similar a como lo estaba la clase de los siervos. Constato en la actualidad que no pueden desvincularse del orden heterosexual más que huyendo de él una por una."

    
               Monique Wittig, El pensamiento heterosexual y otros ensayos

jueves, 23 de junio de 2022

Emily Dickinson: Nuestras propias posesiones - aunque nuestras -

 
Nuestras propias posesiones - aunque nuestras -
Está bien volver a almacenarlas -
Recordando las Dimensiones
De la Posibilidad.
 
                            Emily  Dickinson
 
(Firmado "Emily" y entregado a Susan Huntington Dickinson)

Emily Dickinson: La Remembranza tiene un Detrás y Delante


La Remenbranza tiene un Detrás y Delante
Es algo como una Casa -
Tiene un Desván también
Para Desecho y el Ratón -

Además del Sótano más profundo
Que jamás construyó Albañil -
Ocúpate de ella por sus Contenidos
¡Nosotras no seamos perseguidas!

                                  
                                       Emily Dickinson
 

(Se conserva la transcripción de Susan Huntington Dickinson de un manuscrito hoy perdido)
 

sábado, 18 de junio de 2022

Adrienne Rich: Heroínas


 
 Excepcional
                   incluso marginada
                                               arrastras tus largas faldas
por el siglo diecinueve
                                 Tu inteligencia
arde más allá de la muerte
                                         no como el faro del puerto
sino como una hoguera de madera flotante 
                                                                 en la playa
                                                                                  Se perdona
tu incultura
                la muerte por pulmonía
                                                   los dientes que se caen solos
los ojos nublados de la costurera
                                                la fatiga de la chica del molino
por una serie
                    de circunstancias
                                               que pronto se conocen como
privilegios de clase
                             La ley establece que nada puedes poseer
                                                                                         en un mundo
donde la propiedad lo es todo
                                             Primero perteneces a tu padre
luego a aquel que
                           te elige a ti
                                        si no logras casarte
te quedas sin recursos
                                incapaz de ganar
                                                        un salario de trabajadora
te está prohibido votar
                                  prohibido hablar
                                                          en público
si te casas estás legalmente muerta
                                                     dice la ley
no puedes legar propiedad                                
                                        excepto a tus hijos
o parientes varones
                            tu esposo
                                         tiene los derechos
del esclavista
                     para acorralarte y poseerte
                                                         otra vez si escapas
Puede que heredes esclavos
                                          pero no el poder de liberarlos
tu tez es clara
                      se te ha enseñado que la luz
llegó
      al  Continente Negro
                                    con el poder blanco
que los indios
                    viven en la suciedad
                                                  y en misteriosos rituales bárbaros
Tu madre usó corsé
                             para sofocar su espíritu
                                                                y si tú lo rechazas
se mofan de ti por rechazar
                                         has oído múltiples sermones
y has llevado
                    tus propias interpretaciones
                                                            encerradas en tu corazón
Eres una mujer
                      fuerte de salud
                                           por una serie
de circunstancias
                         que pronto se conocen
                                                          como privilegios de clase
que pierdes al instante
                                  si rompes
                                               los moldes sociales

Cuando hablas en público
                                       te lanzan
                                                  excrementos humanos
eres excepcional
                        en privado
                                         indignada
dejas de creer
                     en la protección

                                              en las Escrituras
en las leyes del hombre
                                    respetable y todo
                                                              eres una proscrita
Tu mente arde
                     no como un faro en el puerto
                                                                 sino como un fuego
de origen más violento
                                   comienzas a opinar
y una gran ráfaga de libertad
                                            afluye en tus palabras
sin embargo aún hablas
                                   el lenguaje frustrado
                                                                  de limitada visión
Arrastras tus largas faldas
                                        marginada
                                                        por el siglo diecinueve
apuntando injusticias
                               sin conseguir eliminarlas
¿Cómo puedo dejar de amar
                                         tu lucidez y tu furia?
¿Cómo puedo darte
                             todo mi respeto
                                                     y poseer en mi valentía la tuya
honrar tu exacto 
                         legado tal cual es
reconocer
                además 
                          que no es suficiente?
 
                  
       Adrienne Rich, Una paciencia indómita me ha traído hasta aquí