viernes, 30 de noviembre de 2018




            Sidonie-Gabrielle Colette


"Es tan curioso: uno puede resistir las lágrimas y 'comportarse' muy bien en las horas más duras de dolor. Pero entonces alguien te hace un signo amistoso detrás de una ventana, o se da cuenta de que una flor que brotó ayer solo ha florecido repentinamente, o una carta se desliza de un cajón...y todo se derrumba"

"Unos días después, encontré a mi madre debajo del árbol, inmóvil por la emoción, con la cabeza girada hacia los cielos en los que no permitía a las religiones humanas ningún lugar"

"El azar, mi maestro y mi amigo, se asegurarán, una vez más, de enviarme los espíritus de su reino ingobernable. Toda mi confianza está ahora en él, y en mí misma. Pero sobre todo en él, porque cuando me meto debajo de él, siempre me pesca, agarrándome y sacudiéndome como a un perro que salva vidas y cuyos dientes me desgarran un poco la piel cada vez. Así que ahora, cada vez que me desespero, ya no espero mi final, sino algo de suerte, un pequeño milagro común que, como un eslabón reluciente, volverá a remendar el collar de mis días"

"Todo esto sigue siendo mi reino, una pequeña porción de las espléndidas riquezas que Dios distribuye a los transeúntes, a los vagabundos y a los solitarios. La tierra pertenece a cualquiera que se detiene por un momento, mira y sigue su camino. El sol entero pertenece a la lagartija desnuda que toma el sol"

"Fui a recoger las pocas pertenencias personales que...sostuve por ser invaluables: mi gato, mi decisión de viajar y mi soledad"

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