martes, 13 de septiembre de 2016

Anselm Kiefer: Las mujeres de la Antigüedad




                       Anselm Kiefer, Las mujeres de la Antigüedad (Frauen der Antike)

                            (En la imagen representadas: Myrtis, Hipatitia, Candidia)
           
El siglo IV d.C. fue un momento muy difícil para ser una mujer intelectual en la ciudad egipcia de la Alejandría-romana. Sin embargo, Hipatia, una matemática dotada, astrónoma y filósofa, fue una excepción (temporal). Era una profesora muy respetada, uno de sus estudiantes, Sinesio, dijo que las personas viajaban grandes distancias para escuchar sus conferencias sobre filosofía.

Sin embargo, a pesar de ser apreciada y respetada, sin darse cuenta se encontró atrapada en medio de una lucha de poder religioso y fue asesinada por una turba de fundamentalistas religiosos.

Hipatia fue una filósofa neoplatónica, y aunque ella era respetada por muchos cristianos, sus creencias paganas la puso en desacuerdo con un pequeño grupo de fanáticos. Una noche, en una turbulenta lucha política, vigilaron a la mujer mientras regresaba a casa. La sacaron de su carruaje y fue arrastrada a una iglesia local por una banda de fanáticos cristianos. La desnudaron y le rasparon la carne de su cuerpo usando azulejos rotos, u ostrakon. Después, arrancándole miembro tras miembro, llevaron su cuerpo descuartizado a un lugar llamado Cinaron y allí fue quemada.

Hipatia es una de las mujeres de la antiguedad representadas en estas esculturas de tamaño natural de Anselm Kiefer. Las otras dos son Myrtis, una poeta griega, y Candidia, una mística romana que tejió serpientes en su pelo despeinado.

Kiefer eligió mujeres de la mitología clásica, ya que son ejemplos de mujeres fuertes e independientes, individualistas que traspasaron las fronteras de su tiempo, tratadas cruelmente. Fueron perseguidas, ejecutadas y castigadas por ser excepcionales y por supuesto querer estar en  igualdad a los hombres.

En las esculturas, las tres mujeres llevan vestidos de crinolina blanca y en lugar de la cabeza, Kiefer ha utilizado diferentes atributos simbólicos para identificar cada una de ellas.

En la imagen, en primer lugar, aparece Myrtis, la poeta, que fue perseguida por competir con el poeta Píndaro masculino, lleva un gran libro abierto de plomo, que casi se parece a unas alas, en el lugar de su cabeza. Ella representa la historia del libro y el conocimiento.

Hypatia, la matemática y filósofa, está representada por un cubo de la melancolía hecho de cristal con las esquinas cortadas. Este cubo de la melancolía es una referencia directa al famoso grabado de Albrecht Dürer de 1514, Melancolía I, que representa la relación entre la creatividad artística y la melancolía.

El final trágico de Hypatia ligada a la biblioteca de Alejandría da cuenta de una mujer peligrosa por sus conocimientos y su sentido de la justicia.

Candidia, la mística, que fue castigada por ser bruja, tiene una masa de espinas, la oxidación de alambre de púas, parecidas a las serpientes que tejió en su pelo, que la hace sangrar y mancha su vestido.

Uno de los intereses recurrentes de Kiefer ha sido el trato injusto que  muchas mitologías han transmitido de las mujeres, en particular las mujeres fuertes cuyo cuestionamiento intelectual se ha visto como rebelión contra el poder masculino y la causa de su demonización.

En Las mujeres de la Antiguedad (Frauen der Antike), serie de unas 54 esculturas, realiza una serie de esculturas femeninas sin cabeza y sin brazos. Sólo la representación de su vestuario, un vestuario repetido, pesado, recargado, casi inamovible, hecho de bronce pero con el aspecto delicado del blanco. Es como si recolocara el mito de la mujer partiendo de la Victoria de Samotracia, colocando en el lugar de la cabeza objetos que representan a una serie de mujeres a lo largo de la historia que osaron competir con el poder de los hombres y que por eso mismo terminaron demonizadas y destruidas: Hipatia, Myrtis, Candidia, Safo, Pandora, Lilith, Brunilda, Circe, etc.

Esta obra, Frauen der Antike, me recuerda a muchas de sus otras, desde la década de los 70 con libros, como almacenamiento de la historia. En esta obra cada "cabeza" representa una parte de la historia de la mujer. Me recuerda a todas las mujeres de todas las épocas, desde la antigüedad, las monarquías o la edad media, y en la actualidad. El hecho de que están representadas sin cabeza me recuerda a la decapitación.  La destrucción de la mujer, si es capaz y se atreve a pensar.

2 comentarios:

  1. Así me siento yo por pensar distinto. Destruida. Veo tanta idiotez y me planteo que puedo estar equivocada. Porque estoy tan sola (sólo yo, querida Polar). Y no, estoy en lo cierto y hago bien en pensar distinto. ¿Por qué va a estar bien algo que mi cuerpo rechaza, como es la tontería? No puede estar bien. Prefiero seguir sola hasta que llegue la compañía apropiada. Y si no llega, seguir sola.

    ResponderEliminar
  2. Pensar distino sale caro. Pero es horrible venderse a costa de la integridad de nadie. Las mujeres son objeto de mercancia para el sistema. La lista de las cosas que las mujeres hacen por perpetuar su esclavitud es detestable. El mundo del arte debería estar avergonzado de sí mismo.

    Y claro que sí. Un día llegará la compañía apropiada, elise. Alguien que te amará incondicionalmente, procurando para ti lo mejor, creativamente y emocionalmente, alentándote y protegiendo lo mejor de ti. Si no, mejor seguir sola.

    ResponderEliminar