jueves, 14 de abril de 2022

De Artemisa a Diana



Unos ojos nuevos se me abrían bajo los párpados.
ADRIENNE RICH

Ni a los dioses ni a ningún hado pido
otros ojos, bajo párpados nuevos,
para mirarte y que me mires: es a ti
y a mí, a quien convoco y a quien reto.
Otros ojos que sondeen el pozo
del agua y de la sed, que interroguen la sal
y aprendan a leer el alfabeto vivo,
no descifrado, hermético, del espejo.
Otros ojos que agranden el mar.

A los ojos pido otras palabras
para decirnos, cuando hayamos roto las viejas
y esparcido los trozos en surcos de olvido:
Fermentos tan solo, abono para la tierra.
Habrá que amasarlas con nuestras manos.
- Nuevas palabras que ensanchen el espacio.

A las palabras pido caminos
que dirijan nuestras nuevas pisadas.
Otros labios que dejen carmín
en los vidrios extremos de viejos espejismos.
Nuevas manos, lengua nueva, nuevos sentidos.
Unos nuevos caminos excavados sangre a sangre.

A los nuevos caminos pido otra sangre
que los recorra exaltada, desnuda, nueva.
Que violente los límites y las simas,
que rompa rediles y cercados, que nos lleve
más allá de la esclusa, tiñendo el calendario
de otra fiesta sin dioses ni hado.
Una sangre nueva dentro de venas nuevas.

Es a la sangre a quien pido unos ojos nuevos.
                        

                                   Maria-Mercè Marçal, La germana, la extranjera

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