domingo, 15 de enero de 2017



                                      Louise Bourgeois

                                      Les Fleurs, 2009

Bourgeois consideraba cada flor evocadora del cuerpo humano; los tallos y hojas como sustitutos de arterias, venas y órganos. También las asociaba a las líneas invisibles trazadas entre cada miembro de la familia, formando parte de un núcleo familiar.

En Les Fleurs emplea un solo tono de color carmesí para representar estas conexiones. El rojo era un color de particular importancia para Louise Bourgeois y creía que los diferentes tonos debían estar llenos con diversos significantes de la pasión y la fuerza del sentimiento: "El rojo es una afirmación a cualquier precio - pese a quien pese, sin tener en cuenta los peligros en la lucha - de la contradicción, de la agresión. Es simbólico de la intensidad de las emociones involucradas".

Les Fleurs tal vez recuerda la inocencia de la infancia que no está atada por las asociaciones de adultos. Sin embargo aquí la pintura de color rojo sangre que compone cada composición, en oposición a una paleta de colores pastel floral más tradicional, impregnan el trabajo con connotaciones más oscuras.

Les Fleurs habla de su adopción de la flor y las mujeres como símbolos de la vitalidad, el deseo y la sexualidad. Sus dibujos, pintados en un color rojo intenso, ilustran la pasión, la sangre y la creencia feminista en el poder de las mujeres.

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