"Aparecen con frecuencia las palabras de verdad –palabras de comunión- por transparencia, una sola quizá bajo todo un hablar; se dibujan a veces en los espacios de un texto. Y en los venturosos pasajes de la poesía y del pensamiento aparecen inconfundiblemente entre las del uso. Mas ellas saltan diáfanamente, promesa de un orden sin sintaxis, de la unidad sin síntesis, aboliendo todo el relacionar. Suspendidas, hacedoras de plenitud, aunque sea en un suspiro.
Parece que vayan a brotar del pasmo del inocente, del asombro; del amor y de sus aledaños, formas de amor ellas mismas. Y es al amor al que siempre le faltan. Y por ello resaltan inconfundiblemente cuando en el amor se encuentra alguna; es única entonces, sola. Y por ello palabra de la soledad única del amor y de su gracia"
- María Zabrano, Claros del bosque
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