LLegó un Día - en pleno Verano -
Enteramente para mí -
Yo creía que eso - era para las Santas -
Donde hubiera - Resurrecciones -
El Sol - como de costumbre - se marchó -
Las Flores - habituales - estallaron -
Mientras nuestras dos Almas pasaban ese Solsticio -
Que lo vuelve todo nuevo.
El tiempo apenas fue profanado - por el habla -
La caída de una palabra
Era innecesaria - como en el Sacramente -
El Armario - de Nuestro Señor-
La una fue para la otra - la iglesia sellada -
Nos permitimos comulgar - esta vez -
No fuera que nos - mostráramos - demasiado torpes
En la "Cena del Cordero"
Las horas se deslizaron deprisa - como hacen las horas -
Agarradas con firmeza - por manos ávidas -
Así - miran hacia atrás - en dos Muelles las caras -
Destinadas a Tierras opuestas -
Y así - cuando todo el tiempo hubo goteado -
Sin sonido externo -
Cada una - ciñó el Crucifijo de la otra -
Nos dimos otro vínculo -
Suficiente fe - de que resucitaremos -
Depuesta - finalmente - la Tumba -
A ese nuevo Matrimonio -
Justificado - a través de Calvarios de Amor!
Emily Dickinson
(Este Poema fue enviado a Susan Huntington Dickinson. En esta Carta-Poema, se muestra cómo Emily sorteaba con maestría el uso del femenino para poder expresar con libertad lo que sentía por Susan y con Susan. En primer lugar la felicidad del encuentro y el gozo pleno del Amor, pero también el sufrimiento de no poder compartir sus vidas plenamente y el convencimiento de que su "nuevo Matrimonio" alguna vez tendría lugar, aunque tuviera que ser más allá de la Muerte.)
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