“El
Rojo no suele ser inocente (mira éste). Pero el rojo que me enviaste lo es! Es
el color rojo de la infancia. Un rojo de mentira. O el rojo de unos párpados
jóvenes cerrados con fuerza: el rojo que veías cuando hacías eso. Lo miro y me
pregunto qué pasará cuando envejezca. Tal vez dejará de ser rojo. Mi conjetura
es que quizá se convierta en negro.
Quizás este rojo nada inocente fuera blanco
cuando era joven! Blanco con un toque de verde como la flor del manzano cuando
se abre. Ahora es el rojo más pesado del mundo. Ningún pájaro podría volar
cerca de él.
Tal vez
mi rojo favorito es el rojo Caravaggio. Lo utiliza en un cuadro tras otro. (La
Muerte de la Virgen, en el Louvre, por ejemplo) Es el rojo por el que se jura
amor eterno. El rojo que tiene como padre el cuchillo. El rojo que Naguib
Mahfouz estaba pensando en El Cairo, cuando escribió:"La amada puede
ausentarse de la existencia, pero el amor no.”
- John Berger, I Send You This Cadmium Red
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