Porque la prostitución, los vientres de alquiler y la pornografía son formas de violencia contra las mujeres, firma y difunde el Manifiesto de la Segunda Marcha Abolicionista del 9 de mayo en Madrid
#PorLaPazDeLasMujeres
Desde Mujeres por la Abolición hacemos un llamamiento al movimiento feminista y a las organizaciones civiles y de los Derechos Humanos de las mujeres, para adherirse a este Manifiesto y participar de las acciones que a continuación explicamos. Todo ello, sobre la base de las siguientes denuncias:
- La prostitución es una forma de violencia extrema contra las mujeres y niñas. Es una institución fundacional patriarcal que explota económica y sexualmente a las mujeres.
- La prostitución es un negocio internacionalizado, parte fundamental del capitalismo global, tal y como muestran los datos. Así, sólo en España, la prostitución genera 5 millones de euros diarios. Es un comercio ilícito construido por y para los hombres, cuya materia prima son los cuerpos de las mujeres y niñas.
- La Organización Internacional del Trabajo cifra en 4,5 millones de personas el número de víctimas de trata con fines de explotación sexual, el 90 % son mujeres y niñas. Trata y prostitución son realidades indisociables que forman parte de un mismo continuo, que es la industria de la explotación sexual. La trata existe para nutrir de mujeres y niñas a la prostitución.
- El alquiler de vientres es una forma de violencia contra las mujeres. Constituye explotación reproductiva de mujeres en situación de vulnerabilidad y tráfico de menores. Convierte a los menores en objeto de comercio.
- El alquiler de vientres contraviene, entre otros, el derecho a la integridad física y moral y el derecho a la filiación de las madres. Asimismo, conculca el derecho de los menores a conocer sus orígenes.
Se estima que el comercio del alquiler de vientres genera, a nivel global, 6.000 millones de euros anuales. Millones que enriquecen a quienes venden menores y explotan mujeres, pues ellas perciben menos del 1% del total de este negocio.
Ambos negocios criminales, el sexual y reproductivo, presionan a gobiernos nacionales y organismos internacionales para que sus prácticas delictivas sean legalizadas. Defienden, únicamente, sus intereses económicos y su actividad comercial sustentada en la explotación de mujeres y menores.
- En sociedades como la nuestra, formalmente igualitarias, la mercantilización de nuestros cuerpos supone una forma de reproducción de la desigualdad. Prostitución y alquiler de vientres son, pues, prácticas incompatibles con la igualdad, que vulneran los derechos humanos y reproducen la jerarquía sexual patriarcal.
- La pornografía supone otra forma de mercantilización de nuestros cuerpos. Reproduce relaciones de subordinación, fomenta la cultura de la violación y la aceptación y el uso de la violencia en las relaciones sexuales. Su vínculo con la prostitución es claro. En ambas prácticas, las mujeres son reificadas, convertidas en objetos a servicio sexual de los hombres. La pornografía es propaganda patriarcal, marketing de la prostitución pues promueve la idea de libre acceso a los cuerpos de mujeres y niñas, coadyuvando de esta forma al mantenimiento de la jerarquía entre sexos.
MANIFIESTO MARCHA ABOLICIONISTA 9 MAYO 2020
- La prostitución es una forma de violencia extrema contra las mujeres y niñas. Es una institución fundacional patriarcal que explota económica y sexualmente a las mujeres.
- La prostitución es un negocio internacionalizado, parte fundamental del capitalismo global, tal y como muestran los datos. Así, sólo en España, la prostitución genera 5 millones de euros diarios. Es un comercio ilícito construido por y para los hombres, cuya materia prima son los cuerpos de las mujeres y niñas.
- La Organización Internacional del Trabajo cifra en 4,5 millones de personas el número de víctimas de trata con fines de explotación sexual, el 90 % son mujeres y niñas. Trata y prostitución son realidades indisociables que forman parte de un mismo continuo, que es la industria de la explotación sexual. La trata existe para nutrir de mujeres y niñas a la prostitución.
- El alquiler de vientres es una forma de violencia contra las mujeres. Constituye explotación reproductiva de mujeres en situación de vulnerabilidad y tráfico de menores. Convierte a los menores en objeto de comercio.
- El alquiler de vientres contraviene, entre otros, el derecho a la integridad física y moral y el derecho a la filiación de las madres. Asimismo, conculca el derecho de los menores a conocer sus orígenes.
Se estima que el comercio del alquiler de vientres genera, a nivel global, 6.000 millones de euros anuales. Millones que enriquecen a quienes venden menores y explotan mujeres, pues ellas perciben menos del 1% del total de este negocio.
Ambos negocios criminales, el sexual y reproductivo, presionan a gobiernos nacionales y organismos internacionales para que sus prácticas delictivas sean legalizadas. Defienden, únicamente, sus intereses económicos y su actividad comercial sustentada en la explotación de mujeres y menores.
- En sociedades como la nuestra, formalmente igualitarias, la mercantilización de nuestros cuerpos supone una forma de reproducción de la desigualdad. Prostitución y alquiler de vientres son, pues, prácticas incompatibles con la igualdad, que vulneran los derechos humanos y reproducen la jerarquía sexual patriarcal.
- La pornografía supone otra forma de mercantilización de nuestros cuerpos. Reproduce relaciones de subordinación, fomenta la cultura de la violación y la aceptación y el uso de la violencia en las relaciones sexuales. Su vínculo con la prostitución es claro. En ambas prácticas, las mujeres son reificadas, convertidas en objetos a servicio sexual de los hombres. La pornografía es propaganda patriarcal, marketing de la prostitución pues promueve la idea de libre acceso a los cuerpos de mujeres y niñas, coadyuvando de esta forma al mantenimiento de la jerarquía entre sexos.
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