"La prostitución no es trabajo, es tortura, los burdeles son campos de concentración", dice Sonia Sánchez, superviviente del sistema prostitucional.
"Yo
alquile bien caro esas putas identidades, hasta que un día pude parar y
pensarme y ahí entré en shock; y me vi la puta de todas y todos. Fue
fuerte, pero me ayudó a nombrar las cosas por su verdadero nombre y eso
es lo que hago: yo comunico nombrando las cosas por su verdadero nombre"
"Me
gusta nombrar las cosas por su nombre. Uso la palabra puta porque no
permite disfrazar, ni mentir. Si vos decís mujeres en situación de
prostitución o trabajadoras sexuales, estás maquillando la realidad. La
prostitución es violencia y humillación, no es trabajo. El hambre y la
vulnerabilidad fabrican putas y lo grave es que hoy la explotación
sexual está organizada y globalizada"
"El feminismo es un espacio rabiosamente desobediente, o debería serlo. Un laboratorio donde poner en práctica mi lenguaje, mi identidad, mis pensamientos y reflexiones, desde un lugar no legitimado por el patriarcado ni tampoco por el movimiento feminista oficial. Un laboratorio donde pongo en cuestión la práctica y el lenguaje del movimiento feminista institucional: un movimiento sin movimiento, conducido mayoritariamente por la academia, alejado del feminismo popular, autónomo, negro, pobre, activista..."
"...El feminismo académico hoy es un movimiento estancado en un currículo y pleitesía, es decir, un feminismo útil para este sistema proxeneta. Mi objetivo fue, es y será profundizar en las complicidades y alianzas insólitas, en las rupturas, en los silencios, convirtiendo mi fragilidad en grito, y mi grito en una invitación: a mirarnos en un mismo espejo, a una práctica y un nuevo pensamiento feminista. Hace un año había una nueva práctica y pensamiento feminista, este nuevo feminismo rompió con las jerarquías, silencios, e inacción. Esta es mi cotidianidad, nombrar las cosas por su verdadero nombre, tener un lenguaje y práctica propia, parida desde la desobediencia y el dolor. Apropiándome de mi cuerpo y mi saber, convirtiéndolos en poder, y este en una práctica política cotidiana"
Sonia
Sánchez, militante feminista abolicionista, sobreviviente de redes de
prostitución, autora de varios libros donde cuenta su historia y también
la voz respetada y legitimada por millones de personas que luchan
contra el sistema prostituyente. Pudo salir de lo que llama "un
campo de concentración". La prostitución no es un trabajo, y explica por qué lo cree, desde la teoría y desde su propia vivencia. "Tuve
que matar a la puta que construyeron dentro de mí".
- Sonia Sánchez, "Ninguna Mujer Nace para Puta"
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