Potente; su voz, su nombre, su rostro, su vida. Enérgica; de principio a fin, como si cada acto suyo hubiese definido cien actos más. Rebelde; siempre lo fue la gran Nina Simone. Supo ser fiel intérprete de su pueblo, oprimido y marginado.
Nina Simone quiso hacer frente a los estereotipos que marcaban el jazz durante la década de los 50 y 60 donde reflejaría tanto su personalidad como su estilo. "Jazz es una palabra blanca para una música negra" fue el concepto que acuñó la diva del jazz.
Nina Simone reflejó en la época de máxima actividad una gran versatilidad por todo tipo de ritmos, fusiones y libertad creativa. Ella paseaba con igual ingenio por estilos como el jazz, el soul, el blues, el gospel y hasta el pop. Su interpretación trascendía los niveles técnicos y generaba grandes emociones clasificándose principalmente bajo el género del soul en su faceta creativa mejor desarrollada. De algún modo, fue conocida como la mayor impulsora del soul femenino. Nina también destacó por sus actos sociales en los que luchó por los derechos civiles en Estados Unidos. Cuando Martin Luther King murió ella cantó: “¿Qué va a suceder ahora que el rey del amor ha muerto?”
Se afirma de ella que era una rebelde y una persona con un temperamento bastante indomable, lo que hacía que sus reacciones en las actuaciones fueran imprevisibles. Si estaba de buenas y conectaba con el público el espectáculo era una delicia, pero podía negarse a actuar o que la noche transcurriera con un "mal rollo". En esto coincide con otros cantantes famosos como, por ejemplo, el irlandés Van Morrison.
Su verdadero nombre era Eunice Kathleen Waymon. Nació el 21 de febrero de 1933 en Tryon, Carolina del Norte, una población segregacionista. Fue la sexta de ocho hermanos dentro de la familia de un obrero manual y una sirvienta doméstica, descendiente principalmente de esclavos africanos, aunque entre sus ancestros también hubo sangre irlandesa e india.
Su padre, John Divine Waymon, se dedicó durante un tiempo al mundo del espectáculo: cantaba, bailaba y tocaba la harmónica, aunque cuando su familia empezó a ser numerosa, trabajó en una tintorería y como barbero para salir adelante. La madre, Mary Kate, tocó el piano para él en alguna ocasión, aunque luego se hizo ministra de la Iglesia metodista y rechazó todo lo que no fueran espirituales religiosos.
Simone creció rodeada de música. En su hogar, todos los hermanos cantaban y tocaban algún instrumento, sin tomar clases ni tener siquiera conciencia de haber aprendido.
Cuenta en su autobiografía que su primer recuerdo de la infancia es su madre cantando gospel, y que empezó a tocar el órgano que había en la casa tan pronto como creció lo suficiente como para sentarse en el banco y llegar al teclado. Nadie se dio cuenta hasta que un día su madre la vio tocando una de sus canciones favoritas: aún no había cumplido tres años.
Niña prodigio, a los diez ofrecía su primer concierto de piano, en la biblioteca de la ciudad. Allí conoció los primeros aplausos y su primer choque con el racismo: durante el concierto quitaron a sus padres de la primera fila del local para acomodar a un grupo de blancos. Este episodio fue la primera de una cadena de experiencias traumáticas para ella y el origen de su compromiso con la lucha por la libertad y por las reivindicaciones de los negros en Estados Unidos.
Se la puede definir como la gran dama rebelde del Jazz & Blues, una disidente norteamericana, que debido al color de su piel parece que se le impidió ingresar en el Curtis Institute de Filadelfia para hacer una carrera de concertista de piano. No obstante, en la más liberal y abierta New York, logró estudiar en el Julliard School, otra prestigiosa institución de enseñanza musical.
A pesar de que tenía una formación pianística clásica, para mantener a su familia tuvo que empezar a trabajar en 1954 en un club de Atlantic City como cantante. Fue entonces cuando cambió su nombre por el de Nina (tomado del castellano para definirse como la pequeña) Simone (de la actriz francesa Simone Signoret)
En 1959 grabó sus primeros discos para el sello Bethlehem. En ellos dio muestras notables de su talento como pianista, cantante, adaptadora y compositora. Desde estos primeros registros, su repertorio se llenó de jazz, gospel, blues, soul, música clásica y canciones populares de origen diverso, en una amalgama totalmente personal, cálida y de enorme expresividad.
Nina logra la complicidad del oyente con un empleo intencionado de los silencios y minimizando el acompañamiento. Su voz a veces sólo susurra, pero luego grita o gime, transmitiendo todas las sensaciones que el alma humana es capaz de experimentar.
También sorprende cuando canta acompañada únicamente de su piano, como en el álbum Nina Simone and piano, una colección introspectiva de canciones sobre la muerte, la soledad y el amor, que sigue siendo un resplandor en su carrera discográfica. Su forma de tocar el piano es decisiva en muchas de sus interpretaciones, pero especialmente en la conocida "My Baby Just Cares For Me". La influencia de Duke Ellington es patente en toda la obra de Nina, pero muy especialmente en este tipo de composiciones rebosantes de improvisación y de cercanía espiritual.
No le gustaba que la encasillaran como una cantante de jazz, porque decía que es el destino natural que los blancos reservan a los músicos negros. Por eso ha cantado versiones propias de canciones de muy variado origen, como alguna de Kurt Weill y Bertold Brecht, "Ne Me Quitte Pas" de Jacques Brel en francés, "Suzanne" de Leonard Cohen, cuatro de Bob Dylan, "Here Comes The Sun de los Beatles", "My Sweet Lord" de George Harrison, contribuyó con Pete Townsend en el musical "Iron Man", en 1990 grabó con Maria Bethania, en 1991 con Miriam Makeba.
Las mejores canciones de Nina Simone se realizaron durante la década de los 60. También se destacan asuntos duros como las canciones de política con una expresión vocal temperamental y elegante y las baladas francesas llenas de ritmos románticos y cautivadores repletas de sentimientos.
Dejó cerca de 70 álbumes y una carrera profesional que duró 46 años con importantes marcas en el género musical el cual reinventó y afianzó con gran esfuerzo. Su tono intenso y pasional podía tornarse en un huracán de emociones que bailaban en torno a estados como el agresivo, el triste, el sofisticado o el melancólico. Las habilidades musicales de Nina exhiben un gran eclecticismo, una gran facilidad para adaptarse a nuevos estilos. Este ha sido el motivo por el que críticos especializados en la música la han seleccionado como una de las mayores intérpretes de la música jazz de todos los tiempos.
Pero también puso su voz sobre todo por una causa: la lucha contra el racismo
Nina jamás buscó la fama ni el dinero, sino poner su enorme talento musical al servicio del pueblo oprimido norteamericano. Tras los asesinatos de Medgar Evers en Mississippi (junio de 1963) y cuatro niños negros al ser bombardeada su escuela en Birmingham, Alabama (septiembre del mismo año), compuso "Mississippi Goddamn", su primera canción de protesta, una acusación amarga y furiosa de la opresiva situación de los afro americanos en Estados Unidos.
Temas compuestos por ella en 1966, como "Four women", se convirtieron en emblemas de las luchas de los años 60 en Estados Unidos. La interpretación de esta canción fue prohibida en Filadelfia y en las emisoras de radio de Nueva York por injuriosa. Sin embargo, se trata de una balada emocionante y llena de sensibilidad.
Otra canción de protesta de aquellos años es "Backlash Blues", basada en un poema escrito para ella por Langston Hughes.
Militante del movimiento Panteras Negras, otro impresionante tema suyo, "Young, gifted and black", inspirado por Lorena Hansberry, se convirtió en el himno afro americano. Fue también estrecha colaboradora de James Baldwin, Sammy Davis Jr. y Harry Belafonte.
Harta del racismo y del estercolero del mundillo musical americano, Nina renunció a su país en 1969, tras el asesinato de Martín Luter King. Se convirtió en una trotamundos. En 1974 se fue a Barbados y durante los años siguientes vivió en Liberia, Suiza, París, Holanda y finalmente en el sur de Francia.
En 1978 fue detenida a causa de su boicot al pago de impuestos para financiar la guerra de Vietnam.
Nina Simone falleció el 21 de abril del 2003, a sus 70 años, en su casa de Carry-le-Rouet, en el sur de Francia. Se anunció que su muerte fue por causas naturales y que llevaba tiempo sufriendo dolencias físicas. Como ella lo había deseado, sus cenizas fueron esparcidas por varios países de África. "La esclavitud todavía no ha sido abolida de la mente de los estadounidenses", declaró poco antes de morir Nina Simone,
Aquéllos himnos conmovedores y agresivos en pro de los derechos civiles; las primeras piezas que suenan son algunas de las más destacadas que la diva dedicó a la lucha por los derechos civiles y a la denuncia de las intolerables injusticias sufridas por la raza negra a lo largo de la historia -y en demasiadas ocasiones también del desgraciado presente- en los Estados Unidos.
Entre canción y canción, aparecen las palabras de la propia Nina Simone, entresacadas de una interesante biografía que con el título de La vida a muerte de Nina Simone publiccada por Global Rhythm en 2011. El libro, escrito por el periodista francés David Brun-Lambert, recorre la complicada existencia de la cantante, desde su infancia norteamericana a sus últimos días en Francia, y repasa los principales acontecimientos de su vida y su obra.
Hace 53 años, tras el primer album de Nina, Little girl blue, el poeta y activista negro Langston Hughes escribió que "ella era extraña, como las obras de Jean Genet o Bertold Brecht, no tenían nada que ver con lo normal. Sus canciones eran como huevos crudos"
Es uno de los momentos cruciales de la vida de Nina Simone y el que ha impulsado una nueva biografía sobre la "princesa del soul". Está escrita por otra mujer, Nadine Cohodas, gran especialista de Dinah Washington, otra epopeya de la música negra.
Me gusta el título para Nina: “Princess Noire”, en francés. A veces decía en la intimidad que jamás había conocido bien su sexualidad. “He amado a todo el mundo”. Una vez despejó las dudas de por qué se había cambiado el nombre. Le gustaba la palabra “niña”, en spanish, como la llamaban en algunos tugurios más allá de Harlem, en sus inicios. Simone fue por Simone Signoret (ahí empezó su amor francés), a la que había visto en la película Casque d'or.
Quizá su sueño más hermoso siempre estaba destinado a un piano. Sólo tenía ocho años cuando recibió sus primeras lecciones en el Instituto Curtis de Filadelfia. Pero por ser negra, simplemente, le dijeron que se fuera, que no podía tocar. Con sólo 15 años empezó a tocar en bares, tan sólo para poder pagar sus clases de piano. Su madre no lo supo nunca.
El mismo año que se casaba con el beatnik Don Ross, grababa I loves you, Porgy de Gershwin, más o menos como se lo había oído a Billie Holliday, a la que tenía aprendida de memoria. Fue un éxito en un pequeño sello discográfico y fue el final de su matrimonio. No "estaba interesada en los hombres"
Por necesidades económicas puntuales, Simone vendió pronto por tan sólo 3.000 dólares los derechos de sus dos primeros álbumes, incluyendo My baby just care for me, que se convirtió, casi 30 años después, en un éxito enorme. Ha debido de perder más de dos millones de dólares.
En 1965, Nina se enfadó muchísimo porque The Animals lograran un numero uno con una versión de Don't let me be misunderstood. No le gustaba que la “hubieran robado”. No le gustaba la versión.
Se politizó aún más. Escribió canciones activistas y emocionantes como Four women y la excepcional To be young, gifted and black. Algunas de ellas eran restos de poemas de su compañera Lorraine Hansberry, que había muerto en el año 65, con sólo 34 años. Nina la llamó “el gran amor de su vida”. Fue en aquella época cuando empezó a vestir con dashikis africanos. Era la época de mi álbum favorito de Nina, High priestess of soul, con la corona de Nefertiti en la portada y con el gospel maravilloso Take me to the water entre los surcos. Era su época de la RCA.
"Todos estos años he recibido muy poco amor....Me obsesiona, sobre todo por las noches, cuando estoy sola..." (Nina Simone. "I Put a Spell on You. Autobiografía")
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