"No había nadie. Sus palabras se desvanecieron. Como se extingue un cohete. Brilla, después de haberse abierto paso en la noche, se rinde a la noche, desciende la oscuridad, cubre los perfiles de casas y torres, se suavizan las laderas de las colinas, y se hunden. Pero pese a que todo desaparece, la noche está repleta; privado, en la ceguera de las ventanas, todo existe de manera más grave, todo da lo que la franca luz del día no puede transmitir, la inquietud y la intriga de las cosas conglomeradas en las tinieblas; apiñadas en las tinieblas, carentes del relieve que les da el alba cuando, pintando los muros de blanco y de gris, rebrillando en los cristales de las ventanas, levantando la niebla de los campos, mostrando las vacas pardirrojas que pastan en paz, todo queda de nuevo amarrado a los ojos; todo existe otra vez"
- Virginia Woolf, La Senora Dalloway
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