sábado, 9 de mayo de 2015



Wislawa Szymborska sobre la escritura,


- Mi lengua es una lengua viva. Utilizo frases hechas, lengua coloquial, juegos de palabras, que no necesariamente funcionan en otras lenguas...

- No imagino la poesía sin los seres que nos acompañan en la vida: los animales, las plantas...e incluso las piedras. 

- La escritura requiere soledad, aislamiento, trabajo y cansancio.

- Leo todo el tiempo. Muchos libros de divulgación científica y de antropología, de zoología. Leo a Brodsky, con el que tenía mucha afinidad. Pero como no quiero olvidarme de nadie sólo voy a decir que leo a Rilke. Con él comenzó mi fascinación por la poesía.

- Para mí la vida es una aventura con fecha de caducidad.

- Cualquier poema bueno se convierte de alguna manera en algo abstracto. Pero siempre tiene que ver con la realidad, con la vida del poeta o con la vida de otros. Las cosas bellas tienen también algo de metafísicas.

- Desde niña he tenido tendencia a darle vueltas a un asunto y a buscarle la parte cómica. Hay cuestiones, sin embargo, que ni me hacen gracia, ni me han hecho nunca gracia, ni me la harán: el odio, la violencia, la estupidez agresiva.

- El mundo es cruel, pero merece también otros calificativos más compasivos.

- No deberíamos someternos jamás a las ideas del grupo. No se puede ser ese insecto clavado en un corcho con una agujita y una etiqueta debajo. Es mejor poder seguir volando.

- Intento mostrar que la vida es infinitamente rica, incluso en las cosas que parecen más evidentes. Todas las cosas tienen como mínimo seis puntos de vista: desde los cuatro lados y desde arriba y desde abajo.

- El yeti es el yeti y la piedra es una piedra. Hay una costumbre excesiva de leer entre líneas, de buscar mensajes secretos. Mi poesía no esconde nada. El día que quiera criticar a los gemelos Kaczynski, los llamaré por su nombre, no los compararé con Rómulo y Remo.

- Las cosas que no se saben son las que convierten la vida en algo fascinante.

- El poeta de hoy es escéptico e incluso desconfiado - y puede ser que lo sea sobre todo ante sí mismo. Con disgusto manifiesta públicamente que es poeta, como si se avergonzara un poco.

- La inspiración, sea lo que sea, nace de un constante "no sé".

- Tengo en tan alta estima dos pequeñas palabras: "no sé". Pequeñas pero con potentes alas. Que nos ensanchan los horizontes hacia territorios que se sitúan dentro de nosotros mismos y hacia extensiones en las que cuelga nuestra menguada tierra.

- Asimismo, el poeta, si es un poeta de verdad, tiene que repetir sin descanso "no sé". En cada poema intenta dar una respuesta pero, no bien ha puesto el último punto, ya le invade la duda, ya empieza a darse cuenta de que se trata de una respuesta temporal y absolutamente insuficiente. Así pues lo intenta otra vez, y otra, y más tarde estas pruebas consecutivas de su descontento con respecto a sí mismo los historiadores de literatura las sujetarán con un clip muy grande y las denominarán sus "logros".

- El mundo, pensemos de él lo que pensemos, espantados por su inmensidad y por nuestra propia impotencia frente a él, amargados por su indiferencia a los sufrimientos -los de la gente, los de los animales, y tal vez también los de las plantas, pues de dónde la seguridad de que las plantas están libres de sufrimiento-; pensemos lo que pensemos de sus espacios atravesados por la radiación, de las estrellas, alrededor de las cuales se han empezado a descubrir nuevos planetas, ¿ya muertos?, ¿todavía muertos?, no se sabe; digamos lo que digamos de este inconmensurable teatro para el que tenemos una entrada, aunque su validez sea ridículamente corta, limitada por dos fechas categóricas; pensemos lo que pensemos sobre él, este mundo es sorprendente.

- Nuestra sorpresa tiene vida propia y no resulta de la comparación con nada.

- Soy una persona anticuada que cree que leer libros es el pasatiempo más hermoso que ha creado la humanidad.


"Mis signos particulares son,
 el éxtasis y la desesperación."

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