domingo, 17 de mayo de 2015


"A la medianoche había dejado atrás la carretera  y los bosques incendiados y había salido a la autopista una vez más. La luna, volando bajita sobre los campos a su lado, aparecía y desaparecía, luminosa como un diamante entre los parches de oscuridad. La sombra mellada del muchacho atravesaba la carretera frente a él, intermitentemente, como si estuviese despejando el camino hacia la meta. Sus ojos chamuscados, metidos bien dentro de sus cuencas, parecían imaginar el destino que lo esperaba pero siguió adelante, el rostro en dirección a la ciudad oscura donde los hijos de Dios dormían." 

- Flannery O'Connor, Los profetas

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