"Mi caso es el del extraño escritor más solo que la una, extranjero en su patria, como dijera Rosalía de Castro. Escritor con un complejo de castración infantil del tamaño de una catedral. Un escritor cansado, muy cansado, en un país de estafadores y ladrones donde, por lo visto, prohibir el cuerpo representa la única virtud.
…Si por algo estoy en literatura es para averiguar hasta dónde puede llegar la vida, si se la fuerza en exceso. Si por algo estoy en el verbo es para saber qué se hizo del vino y del grito, del relincho del perro y del horizonte de la ausencia."
- Leopoldo María Panero, "Papá, dame la mano que tengo miedo"
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