miércoles, 15 de octubre de 2014
la pintura de Dino Valls
Dino Valls está muy influenciado por los maestros españoles y sus estudios de la forma humana. Como representante de la vanguardia española de arte figurativo, los retratos de Valls son precisos, sensuales, misteriosos y surrealistas. Su técnica amplía los métodos de los maestros españoles e italianos del siglo XVII mediante el empleo formal, utiliza la técnica figurativa y el elemento conceptual como el medio para explorar la mente humana en un marco lleno de simbolismo.
Los expertos suelen deleitarse con su técnica y, especialmente, con lo que califican como “pincelada inmaculada”, a lo que el artista replica que es justamente al contrario:“Mi pintura sirve para aportar oscuridad, inquietud, tormento. Lo que hago como artista es ahondar en la parte más oscura y más desconocida del ser humano. Mi pintura vendría a ser una manera de manchar lo blanco”.
Rebosante de una fuerza metafísica el suyo es un arte de atelier, de interior, no es fruto de la observación directa. Es un arte producto de la memoria y de la imaginación. Desvela estados psíquicos, angustias, visiones dobles que irrumpen desde el fondo del espejo, y nos avisa de que bajo los ropajes de la belleza, tras la piel del deseo, se oculta la fragilidad y la turbiedad. Inquieta, desasosiega y quizás hiere. Dino Valls afirma que “una obra de arte pesa tanto como el volumen de inconsciente que desaloja”.
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