"Se sentó en las escaleras y apoyó la cabeza sobre las
rodillas. Después entró a la habitación interior. Para ella el mundo estaba
dividido en dos partes: la habitación interior y la exterior. La escuela, la
familia y las cosas que sucedían en la vida cotidiana pertenecían a la
habitación exterior. El señor Singer tenía cabida en ambas. Los países extranjeros,
sus planes y la música pertenecían a la habitación interior. También estaban
allí las canciones que ella pensaba. Y la sinfonía. Cuando se encontraba sola
en aquella habitación, volvía a oír la música que había escuchado aquella noche
después de las fiestas. A veces, durante
el día o por la mañana, cuando acababa de despertar, solía venir a su mente
alguna otra parte de la sinfonía. Entonces entraba en su habitación interior y
allí la repetía varias veces hasta que lograba unirla con las partes que ya recordaba.
Esa habitación interior era un lugar muy íntimo. Podía hallarse en medio de un
lugar lleno de gente y sin embargo sentirse totalmente aislada."
No hay comentarios:
Publicar un comentario