" Cuando mi fe colgaba
de la cuerda débil de la justicia
y en toda la ciudad
los corazones de mis faroles
se hacían añicos,
cuando el pañuelo negro de la ley
cubrió los infantiles ojos de mi amor
y la sangre salía a borbotones
delante de los templos de ansiedad de mi deseo.
Cuando mi vida no era otra cosa que el tic-tac
del reloj
me di cuenta que debo amar
Que debo amar perdidamente."
Forugh Farrokhzad, " Ventana "
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